«No hay ni una mujer que no haya sufrido una agresión en nuestro país»
Las últimas manifestaciones de violencia contra la mujer que se han registrado en nuestro país y el cuestionado accionar de las instancias judiciales para sancionar a quienes cometieron este tipo de actos, ha generado una ola de indignación en un importante sector de la población. Esa es una de las razones de la existencia de «Ni Una Menos» que el 13 de agosto pretende movilizar a miles de personas de todo el país, para levantar su voz de protesta por las cifras altas de violencia contra la mujer que registra el Perú. Al respecto, Noticias SER, conversó con la artista Natalia Iguiñiz, una de las organizadoras de la Campaña «Ni Una Menos».
La campaña «Ni una menos», ¿obedece a una respuesta de las brutales agresiones que sufrieron Lady Guillén y Cindy Contreras por parte de sus parejas?
Esto, en realidad, es un asunto más grande, que tiene que ver con toda la gente que quiere decir ¡basta ya a la violencia y discriminación contra la mujer! Por otro lado, estos dos casos emblemáticos, como el de Lady Guillen y el de Arlette Contreras, se puede decir que operan como el caso de los vladivideos, que puso en evidencia lo que todos sabíamos sobre el nivel de corrupción que había. Y en este caso conocemos el nivel de violencia que hay contra las mujeres, pero al ver la agresión del calibre que vimos en los videos y que encima, habiendo pruebas, haya total impunidad en el Poder Judicial, es lo que ha destapado la indignación general.
El colectivo que lidera, ¿sólo estará vigente hasta la culminación de esta campaña?
Hay un grupo que convocó a la marcha, es un pequeño grupo, pero la organización no está centralizada…
¿Están en todo el territorio del Perú? y ¿cómo es que se articulan?
Hay miles de personas organizándose en todas las regiones del país, así como en el extranjero, y en diferentes barrios de la Capital. Lo que estamos logrando es un nivel de auto organización insólita para hacerle frente a la violencia hacia la mujer a nivel nacional y, creo que todos estos grupos se han dado cuenta que organizándose pueden tener una voz. E imagino que van a programarse muchas acciones y cosas que se van a derivar de todo este movimiento.
Hablando de cifras ¿En la actualidad son preocupantes las cifras con respecto a violencia contra la mujer en el Perú?
Las cifras son terribles y solo muestran la punta del iceberg. Estamos hablando de 54 feminicidios en lo que va del año, asimismo tenemos 117 tentativas que, en total, hacen más de 160 casos. Estamos hablando de ser el segundo país en Latinoamérica y el tercero en el mundo con más violaciones sexuales. Y eso es solo lo poco que se puede ver, porque tenemos situaciones como el acoso callejero, la discriminación laboral, las múltiples formas de micro machismos y violencias cotidianas que parecen ser inofensivas, pero que terminan marcando a las mujeres como ciudadanas de segunda categoría, porque no pueden transitar por las calles libremente, no pueden viajar solas, y tienen que vivir en permanente alerta. Esta es una realidad preocupante y un flagelo que todos deberíamos combatir.
¿Cómo explicar el nivel de violencia contra la mujer que se registra en nuestro país?
En general, la violencia contra la mujer es estructural y es como hablar de la pobreza, porque hay muchas razones. Si bien tenemos personas que tienen responsabilidad directa, como es el caso de los agresores que tienen que ir a la cárcel. Pero cuando hay violencia de este tipo, que se puede rastrear, que los especialistas o estudiosos lo denominan patriarcado y que cotidianamente lo llamamos machismo. En realidad, la solución pasa por acciones a muchos niveles. Una de las deudas que tiene la sociedad con las mujeres es no permitir la impunidad en casos de agresión.
Entonces, el hecho de que el Poder Judicial no haya sancionado a los agresores de hechos de violencia contra las mujeres ¿hace que se normalice la violencia hacia la mujer?
Claro, la impunidad hace que ese tipo de violencia continúe y que se naturalice en la sociedad. Otro problema es que no hay una censura social, porque podemos meter a todos a las cárceles, pero social y culturalmente los seguimos avalando y hay un sentido común de perdonar una serie de faltas o delitos que cometen los hombres contra las mujeres. Algunos hombres sienten que deben ser agresivos o deben hacer esto porque lo asocian con la masculinidad. Hay un gran reto de todas las instancias de nuestra vida social, incluso en el Estado, que tiene que ver con la forma en que socializamos a los niños y niñas y, de cómo resolvemos conflictos y canalizamos nuestra agresividad; porque no hay ni una mujer que no haya sufrido una agresión en nuestro país, sea esta física, psicológica o económica.
En su consideración, ¿las instancias estatales y gubernamentales están respondiendo adecuadamente a esta realidad?
En realidad, las instancias estatales han emprendido una serie de acciones; pero, por la misma envergadura del problema, son insuficientes, porque las mujeres denuncian las agresiones, pero esperan mucho tiempo para encontrar justicia o no la encuentran. Asimismo, nuestra palabra no tiene valor y hay una serie de instancias donde podemos pasearnos por meses. Las agresiones se manifiestan en la casa, en la familia hasta en el Poder Judicial y la Comisaria, así como en la Fiscalía o el Congreso. Entonces hay muchas instancias que debemos aunar esfuerzos con sociedad civil, colectivos, sindicatos, más allá de los partidos políticos para realmente trabajar juntos y acabar con este flagelo.
Tomado de NoticiasSER
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