Agenda en DD.HH. para el ministro Otárola
Con los recientes cambios en el equipo ministerial, Fredy Otárola fue designado nuevo ministro de Justicia y Derechos Humanos, en reemplazo del cuestionado Daniel Figallo. En esta ocasión, en Palacio se optó por colocar en este importante cargo a un miembro del partido oficialista, pese a su deslucida actuación como titular del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo durante el debate de la denominada “Ley Pulpín”, que culminó con una derrota política del gobierno. Se ha conocido, en días recientes, además, que se ha aceptado la renuncia de José Ávila, quien se desempeñaba como viceministro de Derechos Humanos y Acceso a la Justicia.
En este panorama, sería muy oportuno que el gobierno asumiera una agenda clara en materia de derechos humanos, identificando un número de causas a las que dedicarse en el último tramo de la gestión. A continuación sugiero algunas:
1. Revisión del Plan Nacional de Derechos Humanos, aprobado el año pasado, pero con importantes limitaciones respecto al reconocimiento de derechos de la población LGTBI, entre otros aspectos. Una amplia discusión sobre cómo mejorarlo es algo que se puede hacer en un tiempo razonable y con participación ciudadana.
2. Opinión clara sobre los derechos de la comunidad LGTBI. El ministro Otárola ha mostrado su opinión favorableal proyecto de unión civil para parejas homosexuales. No basta, sin embargo, que, como ministro, apele a la conciencia individual: Siendo responsable de la política de derechos humanos, tiene el deber de liderar la posición oficial en este tema. Tiene la voz autorizada para hacerlo y la obligación moral de emplearla en favor de los derechos de este sector de la población peruana.
3. Ley de búsqueda de personas desaparecidas. Se trata de un proyecto encarpetado hace muchos meses en el viceministerio ahora vacante, y que podría ser promovido con éxito en la parte final de este gobierno. Razones éticas y humanitarias sustentan esta necesaria respuesta del Estado a cientos de familias que aún esperan conocer el paradero de sus seres queridos, desaparecidos durante el período de violencia política.
4. El cambio que se viene en el viceministerio puede ser una oportunidad para darleun nuevo impulso al proceso de reparaciones a las víctimas de la violencia política. Se requiere evaluar los avances y adoptar las decisiones que correspondan –incluyendo eventuales reemplazos– para darle mayor integralidad a las medidas que se otorgan, junto con un mayor diálogo con las organizaciones de víctimas.
5. Esterilizaciones forzadas. Si bien este tema no es de exclusiva competencia de este ministerio, las organizaciones de la sociedad civil lo han invitado a participar en los esfuerzos por el reconocimiento a las víctimas de esta nefasta política estatal implementada durante el régimen fujimorista. A esta tarea podría contribuir con el soporte jurídico al programa que se desea promover, así como con su experiencia en la implementación de registros y programas de reparación a víctimas.
Aunque no forme parte de la agenda de derechos humanos, añado la importancia de un claro respaldo a la lucha contra la corrupción. La salida del anterior titular de Justicia se debió a un comportamiento que, cuando menos, dejó dudas sobre el compromiso del gobierno en esta materia. Siendo uno de los principales males que aqueja a la administración pública nacional, mensajes y acciones concretas en esta dirección serían de suma importancia en lo que resta del período.
Toda gestión necesita plantearse algunas metas concretas que pueda ofrecer como resultados en el corto plazo. Los temas mencionados constituyen una opción a seguir. En ellos, además, se tiene la posibilidad de construir consensos con organizaciones de la sociedad civil.
*****
Postdata. La abusiva intervención de la gestión del alcalde Castañeda contra los murales pintados en el Centro de Lima no es sino una muestra más de su prepotencia, sumada a una ignorancia en asuntos culturales. El rechazo ciudadano ha logrado un retroceso parcialde la municipalidad. A esta gestión le resta aún un largo tiempo. Se requiere mantener la mirada vigilante. Castañeda es la mejor expresión de los peores vicios que deberíamos desterrar de la política peruana.
Tomado de NoticiasSER
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!