La irrenunciable función de fortalecer la educación en el Perú
Los cambios recientemente producidos en el ministerio de educación no auguran un buen panorama y menos aún tras lo dicho por Pedro Pablo Kuczynski (PPK) en su visita al Papa, quien señaló que la educación en el Perú estará “libre de ideologías”. Es evidente que el Presidente de la República está siguiendo el guion perverso impuesto por los más recalcitrantes sectores religiosos al referirse sobre el enfoque de igualdad de género como una “ideología de género” y que además es repercutido por algunos congresistas, convenientemente, así como por uno y otro “trasnochado” comentarista político.
Como ya todos sabemos, desde hace varios meses, existe una campaña trasnacional en contra de la inventada “ideología de género”, que fue lanzada en España por un grupo que también se llama “NoTeMetasConMisHijos” e importada con mucho dinero de por medio a varios países de América Latina, incluso en el Perú. El punto de ataque fue fijado en el sector más frágil; las escuelas, las cuales son una de las prestaciones sociales más extendidas y valoradas que tiene la población, pero cuyo descontento por la calidad de este derecho es más que obvio, debido al deterioro progresivo se mantiene desde hace varias décadas, incluyendo a la precarización de la formación de los maestros y maestras.
Nadie podría decir que ha sido la falta de evidencias lo que ha satanizado a la igualdad de género, sin embargo, tenemos que admitir que éstas no han sido suficientes para sortear el psicosocial de la homosexualidad. Por esta razón, se tiene que seguir apelando a las mismas, aún en tiempo de fragilidad gubernamental como el actual, las estadísticas tienen que seguir siendo la referencia y de ninguna manera deberíamos admitir que ningún funcionario renuncie a éstas, deslizando frases oportunistas y tramposas, como es el caso, del actual Ministro de Educación, Idel Vexler, al referirse que hará que el currículo sea más “familiar”.
Evidencias como las que se refiere el último documento técnico de la La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), respecto a las violencias en el espacio escolar, son sin duda valiosas y éstas deberían estar siendo explicadas y transmitidas. Este informe señala que uno de los aspectos más nocivos para el aprendizaje es la violencia, incluyendo la violencia de género. Es por ello que todos los países que tienen estándares buenos en educación y en aquellos que están en vías de lograrlo, incluyen su abordaje tanto en los currículos educativos, como en la propia gestión de las escuelas.
La violencia, según data en este informe, no solo está referido a determinadas poblaciones consideradas vulnerables, sino que principalmente, va dirigido a patrones sociales y culturales considerados de baja aceptación y de intolerancia a la diversidad. Es decir, formas de conservadurismo social que niega la igualdad y autonomía de las mujeres y el reconocimiento de la identidad y orientación sexual y donde la única oportunidad de construir una sociedad inclusiva y respetuosa está precisamente en las escuelas.
Hasta ahora, para ciertos grupos extremistas del fundamentalismo religioso evangélico y católico,ha sido muy fácil aterrorizar a los padres y madres diciendo que se homosexualizará a sus hijos, como si esto tuviera alguna pizca de realidad y en ese proceso se ha perdido de vista el costo tan alto que tiene por ejemplo el bullying por homofobia, pues según los resultados de la medición de modelos multiniveles de la violencia que se incluyen en este informe, en el Perú este tipo de violencia, estaría afectando en lo menos 30 puntos menos en el rendimiento de la lectura.
El estudio también señala que, si bien las escuelas públicas y periurbanas son las más afectadas por la violencia que las escuelas privadas y menos pobres, las familias no siempre son conscientes que esto ocurre, pues en la mayoría de los casos, las actitudes violentas quedan circunscritas a la escuela, convirtiéndola así en un medio hostil, influenciando tanto en la deserción escolar, como en el fracaso educativo. Realidad que se refleja en todos los estratos sociales.
Por lo tanto, defender el currículo educativo con el enfoque de género, se trata de una tarea fundamental de una buena escuela, más allá de un tema político porque se trata de respeto, a la que ninguna autoridad debe renunciar y si hay que hacer más esfuerzos para que los padres y madres comprendan la importancia, es algo que sin duda no debería eludirse, pues solo así podremos lograr que la educación se constituya en un derecho humano, cumpliendo por fin esa función transformadora que tanta falta nos hace.
Artículo escrito por Susana Chávez, directora de Promsex, para Wayka