La otra muralla de Trump
Han pasado casi 20 años, desde que supe de la existencia de la Política de la Ciudad de México o también llamada “Global Gag Rule”, que traducida al español es la “política mundial de la mordaza”, creada por el ultraconservador Republicano Ronald Reagan (1984) y reimpuesta en la década de los 90 por el también republicano George Bush.
La Gag Rule se hizo solo para cooptar a las ONGs que reciben fondos de la Cooperación Internacional de Estados Unidos (USAID) a fin de neutralizar los tibios avances de las mujeres en Naciones Unidas. Con la Gag Rule se imponía a las ONGs (particularmente feministas), a no investigar, informar y/o prestar servicios aborto, sin importar si este es legal o no, o si ello incluye otras fuentes financieras. Esta prohibición operó solo para las organizaciones foráneas, dado que las nacionales revertieron la medida en los Tribunales, dado el carácter discriminatorio, la restricción de derechos sexuales y reproductivos y por ofender a la libertad de expresión.
Tanto Clinton como Obama, gobiernos más progresistas en esta materia, pusieron nuevamente en agenda a la educación sexual, la violencia de género y el reconocimiento de las personas LGTBI, cuyo ataque le sirvió a Trump, para atraer a la más recalcitrante ultraderecha, comprometiéndolo no solo a construir su muro y expulsar a extranjeros, también a erradicar todo avance en materia de salud sexual y reproductiva e imponer un puritanismo hipócrita, dejando atrás su propia frivolidad.
Fue así que al día siguiente de tomar el mando, su primera medida fue la reinstalación de la Gag Rule, afectando a países principalmente africanos que aun dependen de la cooperación norteamericana, sin importar las cifras inverosímiles de muerte materna muchas de las cuales son a causas del aborto inseguro.
Si bien en el Peru, esta política ya no es tan importante, debido al escaso apoyo de USAID en el campo de la salud, en su momento, su impacto se hizo sentir, al hacer que el MINSA retire a la Anticoncepción Oral de Emergencia (AOE), de la lista de insumos anticonceptivos, debido supuestamente a su supuesto carácter abortivo, medida que hasta la fecha no ha podido ser superada, pues aunque todas les evidencias señalan su importancia el Ministerio de Salud, aun no puede garantizar el acceso real para las mujeres que no pueden pagar el costo de las farmacias donde si se permite la venta.
Es por ello que para los activistas conservadores, de filiación religiosa, cuyas ONGs se dedican a reducir o erradicar los pocos avances en materia de género, derechos sexuales y reproductivos, así como de personas LGTBI, Trump es su héroe, pues no solo respalda el discurso misógino y homofóbico de estos grupos, sino también fomenta un mayor apoyo, a estas organizaciones, dejando de lado, el sentido que tiene la cooperación internacional para los pueblos del mundo, que es lograr la igualdad y reducir la exclusión.
Sin embargo, no todas son malas noticias, ni en todos los casos el mal vence. Hace pocos meses, inmediatamente después de la reinstalación de la Gag Rule; los gobiernos de Holanda, Dinamarca, Bélgica, Noruega, Canadá y de otros 60 países, decidieron responder a la política de Trump, creando la iniciativa “SheDecides” que traducido al español es “EllasDeciden”. Hace pocas semanas, esta valiosa iniciativa fue presentada en el Perú por las Embajadas de Países Bajo y otros de la Unión Europea, así como Canadá, quienes reafirmaron su compromiso en apoyo a los derechos de las mujeres, apostando por el progreso que ellas han logrado y reconociendo que el acceso garantizado a la educación sexual, a los servicios de salud sexual y reproductiva, incluyendo anticonceptivos y aborto seguro, son asuntos claves de derechos humanos y de desarrollo y cuyo mensaje ha sido graficado en un hermoso manifiesto que se titula por “Un Mundo donde cada niña y cada mujer, pueda decidir que hacer con su cuerpo, su vida y su futuro, sin cuestionamientos”
La respuesta dada por los países europeos y Cánada, es un avance sin precedentes. Trump no solo se ha quedado en el Acuerdo Climático, también se ha quedado solo en su ataque a los derechos sexuales y reproductivos, pues más de 60 países le han hecho saber que el mundo es mejor, fuerte y seguro, cuando las mujeres deciden y cuando ellas no lo pueden hacer, no pueden crear el mundo que merecen, ni tener las familias que quieran y mucho menos podrán labrar el futuro próspero que claman para sus pueblos.
Así ha respondido el mundo ante la barbarie, así debemos responder en el Perú, a quienes señalan que el Estado no debe ser responsable de generar la igualdad, que la educación solo para algunos y que con mentiras proponen que nuestra sociedad siga en su camino de violencia en contra de las niñas y mujeres. Sin duda, necesitamos más “ellas deciden” en el Perú, necesitamos que cada hombre y cada mujer, se comprometa con un mundo donde nadie quede por fuera a causa de la discriminación y la misoginia.
Artículo escrito para La Otra Mirada, por Susana Chávez, directora general de Promsex