Enfoque de género y educación sexual integral: un currículo en discordia
La educación como derecho fundamental implica formar seres humanos que valoren y respeten la diversidad.
“La afirmación de los derechos sexuales toma un significado especial. Por ejemplo, indica que cuando luchamos por nuestros derechos no estamos sencillamente luchando por derechos sujetos a mi persona, sino que estamos luchando para ser concebidos como personas”. (Butler,2005)[1]
A propósito de la discusión generada en torno al Currículo Nacional de Educación Básica (CNEB), aprobado y publicado por el Ministerio de Educación en junio del presente año, podemos decir que las directrices u orientaciones que el Estado ha diseñado para un determinado problema, en este caso la incorporación del enfoque de género y la educación sexual integral, distan mucho de lo que el problema en sí requiere.
La educación pública de calidad se encuentra en un proceso de formación y los esfuerzos realizados no son del todo integrales y consecuentes. Un hecho preocupante ha sido la eliminación de la Dirección General de Tutoría y Orientación Educativa del MINEDU en el 2015, que era la instancia encargada de articular los contenidos sobre educación sexual, dejando en desconocimiento de qué manera será incorporada esta temática en los materiales educativos.
Por otro lado, a nivel social, la violencia que experimentan día a día niñas, niños y adolescentes es un problema estructural que solo puede ser enfrentado y erradicado con una educación de calidad. Y se empieza por romper los moldes establecidos por una sociedad heteronormativa y machista que impone los roles a nuestros niños y niñas. La tolerancia y el respeto son valores que todavía se encuentran jerarquizados en la sociedad, ya que persiste la idea de que existen personas que merecen ser respetadas, mientras que otras no.
En ese sentido, el nuevo CNEB representa una iniciativa para construir una sociedad tolerante y respetuosa, debido a que incorpora el enfoque de género como uno de sus siete enfoques transversales. Este enfoque reconoce que hombres y mujeres son distintos biológicamente, pero iguales en derechos, deberes y oportunidades, como señalan las normas internacionales que el Estado peruano ha ratificado, como la Convención sobre Derechos del Niño de 1989, el Foro Mundial sobre la Educación 2015 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030; además del marco normativo nacional del cual parte este currículo, como la Ley de Igualdad de Oportunidades entre hombres y mujeres, el Plan Nacional de Igualdad de Género 2012-2017 y el Plan Nacional contra la Violencia de Género 2016-2021.
Siendo el enfoque de género aquel que promueve la igualdad y no discriminación entre hombres y mujeres sin importar su género, identidad de género u orientación sexual; no solo es un enfoque que aporta a los derechos humanos, sino que es la base necesaria para conseguir un mundo pacífico, próspero y sostenible acordado como uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 (ODS)[2]. Tal cual lo señala la meta número cinco de los ODS, los estados deben aprobar y fortalecer políticas acertadas y leyes aplicables para promover la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres y las niñas a todos los niveles[3], teniendo presente la brecha de desigualdad existente entre hombres y mujeres.
Por otro lado, la educación sexual integral es también un derecho que consiste en que todos y todas podamos conocer y comprender mejor nuestro cuerpo y sexualidad y se formen ciudadanos y ciudadanos que respeten su cuerpo, su propia identidad y su género[4]. La educación sexual es un derecho de todos las y los estudiantes y permite prevenir la violencia, la transmisión de enfermedades y el embarazo adolescente. Sin embargo, este es un derecho vulnerado ya que el acceso a la información sexual integral no se encuentra democratizado y la información que se brinda es sesgada.
Según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (2013), cada día 58 menores de edad tienen un hijo; y 11 niñas de 15 años dan a luz un nacido vivo en Perú[5]. La violencia sexual, la discriminación y el reforzamiento de estereotipos en cuanto al género, lamentablemente terminan dañando la salud y truncan los proyectos de vida de muchas niñas y adolescentes. Las políticas educativas del MINEDU deben estar orientadas a dar la información y acompañamiento adecuado y oportuno a las y los estudiantes con la finalidad de que logren mantener una sexualidad responsable y saludable.
Las críticas hacia la CNEB por querer dar un paso en el reconocimiento de la educación pública como garante de una educación de calidad que incluya el enfoque de género y los derechos sexuales y reproductivos como derechos humanos que deben ser respetados, solo reflejan lo mucho que falta por hacer en la conquista de la igualdad, para frenar el machismo y la discriminación de la sociedad peruana. El discurso que se ha encargado de definir al género como una categoría peyorativa, termina por restar importancia a la visibilización de la violencia que experimentan las mujeres en nuestro país; pasándola a un segundo plano y normalizándola, logrando imponer intereses particulares de grupos políticos y religiosos conservadores que tienen como respaldo a una población desinformada.
El Estado y la educación pública deben sustentarse en la libertad de ideas, en la promoción del respeto a la diversidad y en la defensa de la educación de calidad cumpliendo con las normas nacionales e internacionales a las que nos encontramos suscritos como país. Estar en contra del nuevo Currículo Nacional de Educación Básica es estar en contra de los derechos humanos que defienden los principios de igualdad y no discriminación en el ámbito educativo.
[1] Butler, Judith. 2005. Cuerpos que importan: sobre los límites materiales y discursivos del sexo. Barcelona. Pág. 56
[2] Naciones Unidas. 17 Objetivos para transformar nuestro mundo. Disponible en http://www.un.org/sustainabledevelopment/es/
[3] Ibídem
[4] Unesco. Educación sexual integral. Disponible en http://www.unesco.org/new/es/lima/work-areas/sector-educacion/comprehensive-sex-education/
[5] INEI. Encuesta Demográfica y de Salud Familiar del año 2013, disponible en https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/publicaciones_digitales/Est/Lib1151/
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