Feminismo ilustrado
En 1926, Margaret Sanger, por entonces ya separada de su primer marido, dio una conferencia en Silver Lake, Nueva Jersey. Su primer marido (y padre de sus hijos) fue un primo que prefirió pintar cuadros con flores en París a seguir casado con La Mujer del Momento, ideológicamente hablando, o, mejor, con La Mujer Más Buscada de Estados Unidos, autora de una columna incendiaria, por poderosamente feminista, llamada The Woman Rebel y de cientos de miles de octavillas con títulos tan seductores como Lo que toda chica debiera saber, es decir, manuales de instrucciones para controlar el momento de quedarse embarazada. Su segundo marido la encontró, por el contrario, tan fascinante, que no le importó que ella pusiera condiciones como vivir en casas separadas y seguir teniendo tantos amantes como les apeteciera. Entre los de ella, por cierto, se encontraba H.G. Wells. Pero volvamos a la conferencia. El lugar es Silver Lake, Nueva Jersey. Margaret es ya una mujer famosa. Ya ha fundado la Liga Americana Para El Control de la Natalidad (1921). El caso es que Margaret habla para una concurrida audiencia en un acto programado por el Ku Klux Klan. Lleva consigo una ginoplaca, una especie de maqueta en tres dimensiones del aparato reproductor femenino. Está a punto de empezar a explicarles cómo deben insertar el diafragma en la vagina cuando una de las mujeres levanta la mano y pregunta: «¿Qué es ‘vagina’?». La historia es real, Peter Bagge la recoge en su homenaje, a modo de biografía en viñetas, a Sanger: La mujer rebelde (La Cúpula).
«¿Que por qué he hecho este libro? Para empezar, porque Sanger vivió la vida de diez personas. Llevó una existencia tan ajetreada y colorida que lo que más me costó fue decidir qué partes de su vida obviar, y buena parte de ella está tan cargada de acción que cada vez que leía sus hazañas sólo podía pensar que parecía un tebeo». El que habla es Peter Bagge, el más aventajado discípulo de Robert Crumb (dirigió durante un tiempo su Weirdo), el mejor cronista (y no sólo en viñeta) de la llamada Generación X (su serie Odio es todo un clásico sobre la juventud de los 90), y ahora, también, el biógrafo secuencial de Sanger. «Cuando uno introduce su nombre en internet, en la mayoría de los resultados que aparecen se la culpa de los peores crímenes ideológicos imaginables en nuestra época:racista, maníaca genocida, miembro del KKK, fascista y comunista (a veces en la misma frase) y, mi preferida, inventora del aborto. Pero nada de esto es ni remotamente cierto. Todo forma parte del intento deliberado de los detractores del aborto de difamar a la fundadora de la planificación familiar», asegura el dibujante, que, sin embargo señala, ironía de ironías, que Sanger fue «durante toda su vida contraria al aborto». Ella proponía medidas para evitar la concepción, en ningún caso para interrumpir el embarazo.
Pese a que su vida le fascina sobremanera, Bagge admite que el suyo no es un retrato hagiográfico. «La veo con todos sus defectos y no la considero una especie de santa. Pese a ser increíblemente generosa y leal, también podía ser asombrosamente testaruda,impulsiva, egoísta y egocéntrica», asegura. Pese a ello, la admira. Y deja claro, que, en cualquier caso, lo que hizo «cambió el curso de la civilización, y para bien. El acceso legal a métodos anticonceptivos seguros y eficaces han hecho posible que continuemos con nuestra vida y nuestros sueños libres de las cadenas de la biología. Es asombrosa la cantidad de cosas que ahora damos por supuestas, pero soy incapaz de imaginar un mejor regalo para la humanidad», sentencia.
Tomado de elmundo.es
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