Intimidad de la marcha: las duras historias del #NiUnaMenos en #Argentina
Ni una menos fue un grito de bronca: no queremos ninguna otra mujer muerta por violencia machista, se dijo ayer frente al Congreso. El grito de la marcha estuvo dirigido al Estado. Todos los que allí estuvieron pidieron al poder político y a la Justicia una respuesta. Sin embargo, el grito de Ni una menos fue también la expresión de muchas voces.
En uno de los laterales del Congreso, un cartel inmenso pedía «Licencia por Violencia de Género», la propuesta era de la CTA. También se vieron pancartas con la leyenda «Ley de emergencia nacional ya» y «la trata es un delito de lesa humanidad».
Explotación sexual, violencia obstétrica, acoso callejero y aborto, fueron otros de los temas que se visibilizaron mediante cánticos y pancartas en la tarde de ayer. #NiUnaMenos deja en claro que los femicidios son la expresión más brutal del machismo, pero que las mujeres conviven con muchas otras formas de violencia. Y a todas ellas, también les dicen basta.
Andrea, de la Campaña nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, dijo a INFOnews: «No sólo las organizaciones sociales, sino también la sociedad, se hizo carne este problema. Pero nosotras creemos que los abortos clandestinos son femicidios de Estado».
Un capítulo aparte merecen los familiares de mujeres víctimas de violencia. Se los vio a lo largo y ancho de la marcha, con las fotos que retrataban a sus hijas, hermanas o amigas muertas. Y en muchos casos con megáfonos que usaban para gritar los nombres de las mujeres asesinadas.
Blanca Salvatierra, mamá de Daniela Diez, llegó a la plaza junto a una amiga, que la mantuvo toda la tarde tomada del brazo. De cara al Congreso, a Blanca, artesana de Plaza Francia, se le caían las lágrimas. «El novio me la mató. Le reventó el hígado y el páncreas de una patada. Hasta esta marcha estaba muy enojada con el Estado, me sentía muy impotente por la falta de aplicación de las leyes», dijo a INFOnews.
Daniela Diez tenía 25 años y tres hijos cuando fue asesinada. Para su mamá Blanca el proceso judicial fue, muy difícil, ya que no contaba con un abogado defensor. Uno de los reclamos de #NiUnaMenos es que se brinde patrocinio gratuito a los afectados. Por eso, Blanca estaba conmovida: «es como volver sobre lo andado. Cuando te pasa esto perdés la fe. Pero ahora tengo un poco de luz, de esperanza», dijo.
A unos metros de Blanca estaba Norma Beatriz Gómez, mamá de Rocío, 17 años. La joven fue secuestrada y asesinada por su pareja en 2011, junto a su hijo Kevin, de dos años. Todo sucedió en Rosario, Santa Fe. «Al secuestro lo hizo con la ayuda de tres chicos más, uno es su hermano. Cuando traté de rescatar a Rocío me secuestraron también a mí. Sufrí lo mismo que mi hija: maltrato, violenciones, tortura. Al bebé a los tres meses lo dejaron abandonado en San Nicolás» contó Norma a INFOnews. «Hoy siento que mi hija está acá, que la tengo cerca, aunque todos los días estoy viendo un caso parecido al de Rocío».
Carteles, pancartas, remeras
#NiUnaMenos fue un canal de expresión para hacer visibles a las miles de mujeres que mueren por el sólo hecho de ser mujeres. Los rostros de las víctimas se vieron en carteles, pancartas e impresos en remeras. Al lado de las caras, siempre la misma palabra: Justicia.
#NiUnaMenos muestra también que la violencia de género es un problema extendido: «A mi mamá, su ex pareja la golpeaba», «a mi hija la mató el novio», «estoy acá por mi hermana, asesinada por su pareja», se podía oír en medio de la marcha. Fabricio, de 26 años, con una pancarta pidió que se terminen los «estúpidos privilegios de género». «Yo, por ser varón, tengo otras posibilidades de acceso laboral, de ser oído, en el uso del espacio público. Hay que terminar con esos estúpidos privilegios», dijo.
Entre los miles y miles que ayer se reunieron frente al Congreso de la Nación, también hubo funcionarios. Como los legisladores Ricardo Alfonsín, Felipe Solá y la diputada por el FpV,Dulce Granados. Ella es la autora de la Ley 26.485, de Protección integral de Violencia contra las Mujeres, sancionada en 2009. «La gente tiene la necesidad imperiosa de decirle al Estado y a la Justicia que tenemos que hacer algo para terminar con la violencia» aseguró a INFOnews.
La ley 26.485 contempla la puesta en marcha de un plan nacional con reformas educativas y un programa de asistencia y prevención para erradicar la violencia. También la elaboración de estadísticas oficiales, más refugios para las víctimas y la capacitación del personal judicial y policial. El problema es que aún no se aplica en su totalidad. Por eso hoy los femicidios, siguen sucediendo.
Laura Gómez era trabajadora social en el Patronato de Liberados de la Provincia de Buenos Aires. Fue asesinada hace dos años mientras trabajaba en Miramar. «Pedimos verdad y justicia porque hay una serie de irregularidades en el proceso de investigación. En esa misma zona hubo varios femicidios con características similares al de Laura», aseguró a este medio Andrea, de la comisión de mujeres de ATE Lomas de Zamora, que estuvo en la plaza con sus dos hijas.
«Estamos acá tomando conciencia de lo que pasa. Entendemos que la Justicia está ausente. Queremos aprender cómo se discuten esta políticas porque el tema nos toca a todas» dijo la referente de la Comisión de Mujeres del Movimientro Cartonero.
Para la periodista Ingrid Beck, organizadora de la marcha e integrante del colectivo #NiUnaMenos, lo de ayer fue «un punto de partida. Lo que hicimos nosotras fue sembrar algo que tiene que ser consechado por la dirigencia política».
Cerca de las organizadoras de la marcha se pudo ver a Carla Conte, la primera actriz que se negó a que Marcelo Tinelli le «corte la pollerita» en Bailando por un Sueño. «Me la cortó igual», dijo Carla a INFOnews. «Me han tratado de loca, de puta, de cualquier cosa por hablar de estos temas. Pero hay algo muy grave que está pasando y la gente quiere que esto cambie. Es importante el reconocimiento de los machismos propios. Esto es un problema social y cultural».
Números
De acuerdo a datos que maneja la ONG la Casa del Encuentro en los últimos siete años, 1.808 mujeres fueron asesinadas. El dato es imparcial: incluye sólo a los casos que están en los medios de comunicación. ¿Y el resto de las mujeres asesinadas? Por ahora no hay registro de ellas. Por eso, más allá de la alegría que generaba el éxito de la convocatoria, ayer hubo un fuerte reclamo al poder político.
«Espero que éste sea un mensaje que escuchen los gobiernos y que hagan lo que tienen que hacer: el plan de acción para casos de violencia, dar los presupuestos, tener los protocolos y que esto sea realmente una política de Estado» consideró Mabel Bianco, de la Fundación para el Estudio y la Investigación de la Mujer (FEIN).
En el mismo sentido se expresó Aixa Rizzo, la joven que contó en Youtube el acoso sexual callejero que sufría por parte de un grupo de operarios que trabajan en una casa vecina a la suya. «Es muy positivo toda la gente que vino. Pero es necesario que se traduzca en políticas concretas. Una debe ser el derecho al aborto. Se están muriendo miles de mujeres al año por abortos clandestinos. Si se muere una mujer porque no tiene derecho al aborto, es un femicidio» aseguró Aixa.
Durante el acto de #NiUnaMenos, varios artistas leyeron un documento con diez puntos que son claves para frenar los femicidios. Entre ellos, se pide que en cada fiscalía y cada comisaría haya personal capacitado e idóneo para recibir las denuncias de mujeres víctimas de violencia. Fabricio, de 26 años, estuvo ayer en la plaza y contó: «A todo esto lo vivo muy de cerca. Mi mamá fue golpeada por su pareja. Muchas veces hizo la denuncia en la Comisaría de la Mujer pero siempre nos sentimos solos. Así lo vivimos nosotros, si a alguien le pasó diferente que me lo cuente». El joven de José C Paz llevaba un cartel con la leyenda «El Estado es responsable».
En el escenario donde se leyó el documento de la marcha estuvo el Papá de Wanda Tadei, asesinada por su esposo el músico de Callajeros, Eduardo Vázquez. «Esta multitudinaria concentración es una bisagra para el futuro» aseguró el padre de Wanda mientras comenazaba la desconcentración en la plaza. Detrás de él, se fue la mamá de Chiara Páez, la joven que estaba embarazada y fue asesinada por su novio en Rufino, Santa Fe. Su caso fue el que motivó la organización de la marcha. Por Chiara, Laura, Rocío y tantas otras, ayer se gritó #NiUnaMenos.
Fotos (Crédito Diego Pintos / INFOnews).
Tomado de infonews.com/
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