“No les importa imponer una maternidad en aras de la vida que ellos no respetan” #DejalaDecidir
Según cifras del ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), entre enero y setiembre de este año, se registraron, en todo el país, 148 intentos de feminicidio y 71 homicidios efectivos que tuvieron por víctimas a mujeres. Este dato refleja los niveles de violencia contra que persisten en el Perú contra la mujer. Con motivo del Día Internacional de la No Violencia Contra la Mujer, Noticias SER conversó sobre el tema con la directora del Estudio para la Defensa de los Derechos de la Mujer (DEMUS), María Ysabel Cedano.
¿Cómo calificaría la situación de la violencia hacia la mujer en nuestro país?
Es lamentable, porque en nuestro país enfrentamos inclusive la violencia estatal hacia la mujer y la violencia institucionalizada. Por ejemplo, lo que pasó en la Comisión de Constitución del Congreso de la República, donde se votó en contra del dictamen a favor de la despenalización del aborto en caso de violación, es violencia estatal. Además, las víctimas de esterilizaciones forzadas siguen esperando, más de 14 años, por sanción a los responsables políticos del delito de lesa humanidad cometido en su contra. Eso también es violencia estatal, y la impunidad que rodea la violencia sexual y el feminicidio también es violencia estatal.
¿Entonces, se podría decir que la situación de violencia hacia la mujer, en nuestro país, es crítica?
Sí, es crítica, porque más allá de la ley y de la institucionalidad y, más allá de los servicios públicos existentes, el tema no es objeto de una política pública prioritaria para los gobiernos de turno, y es lamentable notar que para la oferta electoral para las próximas elecciones tampoco lo será.
¿Las cifras en torno a la violencia contra la mujer se han incrementado con respecto a las del año pasado?
Las denuncias tienden a incrementarse, tanto las relativas a violencia sexual como las que recogen las tentativas de feminicidio, porque la sociedad y el Estado envían mensajes a las mujeres para que denuncien estos hechos, como es el caso de la campaña del ministerio de la Mujer, que a lo largo de este año fue «No te calles», con respecto a la violencia física y psicológica. Si bien las mujeres ya no se callan, aún hay un problema de silencio frente a la violencia sexual, sobre todo frente a la que ejercen las parejas o ex parejas de las víctimas. Se estima que unas tres mil mujeres no denunciaron este tipo de violencia, ni otros tipos, como es la violencia sexual en contextos de conflictos socio ambientales. En realidad, la raíz del problema es que el sistema sexo-género patriarcal está incólume, porque el Estado hace poco para prevenir y desmontar ese sistema.
¿Se puede decir que la asignación de presupuesto del Estado es mínimo para acciones de prevención de la violencia hacia la mujer y para la asistencia a mujeres violentadas?
Con la política económica que tenemos, no hay margen para la inversión pública en políticas de igualdad o contra la violencia de género. Además, no hay proporción entre la magnitud del problema que se quiere enfrentar y la inversión pública en políticas de igualdad de género o contra la violencia hacia la mujer. El Estado alegará que se incrementó el presupuesto del Programa Nacional Contra la Violencia Familiar y Sexual, pero lo cierto es que el único programa existente es contra violencia familiar, y no hay partida presupuestal para ninguna otra forma de violencia hacia la mujer. Básicamente, el presupuesto que se destina desde el ministerio de la Mujer es para atención de denuncias, para crear nuevos Centros de Emergencia Mujer, que permitan atender las denuncias y dar servicios de defensa jurídica. Pero ha disminuido lo poco que se asignaba a prevención. Tenemos sectores que algo destinan, como Interior y Salud, pero ministerios como el de Educación, cuando se le pregunta cuánto ha asignado, en el marco de la política de no violencia hacia las mujeres, no saben dar información.
¿Se tiene avances con respecto a la implementación del Plan Nacional de Violencia hacia la Mujer?
En realidad, acaban de evaluarlo, pero concluyeron que era difícil hacerlo, porque no tenía metas e indicadores claros. Por ello se hizo un intento de balance, donde la mayoría de los resultados y las metas no se han cumplido. Hay temas gravísimos, porque el plan tenía como meta la modificación de la ley de Plan Integral de Reparaciones, para que se reconozca a todas las victimas de todas las formas de violencia sexual que se cometió durante el conflicto armado interno. Pero no se cumplió porque Ollanta Humala y el ex premier Valdez lo observaron y ello conllevó a que hasta la fecha, el Congreso lo mantenga archivado en la Comisión de Derechos Humanos, porque no se quiere repara ni invertir presupuesto público en ello.
Hace algunos días se publicó la nueva Ley de Protección Frente a la Violencia contra las Mujeres. ¿Cree que esta norma ayudará a reducir las cifras de violencia hacia la mujer?
Creo que el Estado ha perdido una gran oportunidad para cumplir al 100% con el mandato de la convención Belém do Pará, que era adecuar las normas internas a esta convención, pero no podemos desmerecer que se trata de un avance respecto a la ley de protección frente a la violencia intrafamiliar del año 1993, porque fortalece la política pública, al crear un sistema funcional contra la violencia hacia la mujer, un observatorio del problema de violencia hacia la mujer y un registro de víctimas y agresores. Además, agiliza el procedimiento para denunciar, investigar, proteger y sancionar a las víctimas. También recoge, en parte, el concepto de violencia hacia la mujer de Belém do Pará, que, debemos enfatizar, ya no se reduce solamente a la violencia familiar, sino que contempla también la violencia que se puede dar en las comunidades y de parte del mismo Estado. El problema es que el enfoque de género y su concepto de violencia hacia la mujer sigue siendo binario. Es decir, se entiende por mujer a las mujeres sexualmente hablando y no se reconoce a la diversidad de mujeres por orientación sexual o identidad de género. Tiene una visión muy conservadora.
¿Considera que hay poca sensibilidad en congresistas y autoridades respecto a la problemática?
En lo que sucedió hace unos días en el Congreso, sobre la ley de despenalización del aborto en casos de violencia, se refleja que no hay ninguna sensibilidad en el aprismo, fujimorismo, pepecismo ni en un sector del nacionalismo. Hay un doble discurso de los partidos: Uno para venderse electoreramente, en el que dicen defender y respetar los derechos humanos, y otro para la práctica, pues mediante sus votaciones demuestran que no tienen ninguna sensibilidad por las mujeres violentadas y violadas. Les importa más sus relaciones con el poder religioso, con la Iglesia, que ponerse en los zapatos de una mujer violada. No les importa imponerles una maternidad en aras de la vida que ellos no respetan y no han respetado durante sus gobiernos, porque fueron denunciados por hechos que atentaron contra los derechos humanos.
Tomado de NoticiasSER @noticiasSER
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