Pederastia en el Ecran
Meses antes de la caída de las Torres Gemelas, a inicios del 2001, un grupo de periodistas del Boston Globe al mando de Walter Robinson inició una investigación que remecería a la sociedad estadounidense en similares proporciones que el ataque terrorista. Tomando como base el testimonio de Phil Saviano, un hombre de 40 años diagnosticado con SIDA, el equipo reunió pruebas contra 70 sacerdotes de la Arquidiócesis de Boston involucrados en casos de pederastia.
Tras estallar el escándalo, el Globe siguió publicando 600 historias de abusos sexuales cometidos por alrededor de 249 sacerdotes de Massachusetts. El obispo Bernard Law, acusado de encubrir los hechos, renunció a su cargo en el 2002 y fue trasladado a Roma, donde permanece hasta la actualidad con el consentimiento del papa Francisco. Según cálculos de la propia publicación, 1,000 niños sufrieron abusos sexuales por miembros de la Iglesia.
Según Pedro Salinas, autor de la investigación de abusos dentro del Sodalicio de Vida Cristiana, la revelación de estos hechos vino precedida por otros dos hechos importantes. «En 1985, el sacerdote Thomas P. Doyle realiza una investigación interna en la que descubre múltiples casos de pederastia que eran apañados por obispos que se limitaban a trasladar de sede a los culpables», señala.
Otro antecedente importante, afirma Salinas, es el reportaje con ocho testimonios contra el fundador de los Legionarios de Cristo, el padre Marcial Maciel. Publicada por el diario The Hartford Courant de Connecticut en 1997, la investigación fue lapidaria para uno de los sacerdotes más encumbrados del clero mexicano. Aún así, y pese a la gravedad de sus actos, el papa Juan Pablo II nombró a Maciel modelo de la juventud en Roma.
La historia del Boston Globe ha sido llevada al cine por el director Thomas McCarthy, quien encargó el papel de Robinson al ganador del Globo de Oro, Michael Keaton. Spotlight (2015) se sumerge en los días más aciagos de la investigación llevada a cabo por el veterano Ben Bradlee Jr. (John Slattery) y su equipo de reporteros compuesto por Michael Rezendes (Mark Ruffalo), Sacha Pfeiffer (Rachel McAdams) y Matt Carroll (Brian d’Arcy James).
El film se enmarca dentro de la tradición de clásicos como All the President’s Men (1976) y The Paper (1994) o las más recientes Zodiac(2007) y La sombra del poder (2009). Producciones donde el esforzado oficio periodístico se lleva todos los aplausos. Redacciones caóticas, jefes malgeniados, periodistas vehementes y fuentes desinteresadas que ayudan a desenredar misterios son el cóctel de esta vertiente del cine contemporáneo.
«La investigación del Globe se irradió clamorosamente en países como Irlanda, Alemania, Bélgica y Holanda, países donde se dieron a conocer casos similares de pederastia dentro de la Iglesia», dice Salinas, quien antes de publicar Mitad monjes, mitad soldados (Planeta, 2015) fue contactado por miembros de la Red de Sobrevivientes de Abusados por Sacerdotes (SNAP) fundada por Saviano.
Al igual que en el caso del chileno Fernando Karadima, donde la intervención de la SNAP fue clave para que una de sus víctimas brindara su testimonio al New York Times, la directora Barbara Blaine le ofreció a Salinas la asistencia de abogados en caso de que él o Paola Ugaz, coautora de la investigación, fueran denunciados.
Producto de estas revelaciones, en el 2014 se estrenó en México «Obediencia perfecta», una película que gira en torno a la conducta antisocial y abusiva de Maciel. Y en el 2015, en Chile, «El bosque de Karadima, cinta inspirada en el pederasta santiaguino. Esta se convirtió en la película chilena más vista del año. Spotlight, en ese sentido, politiza el tema y lo lleva a la alfombra roja del Óscar. Y es una de las favoritas.
Un punto esencial en las investigaciones Boston Globe y el The Hartford Courant fue el testimonio directo de las víctimas, quienes –luego de décadas de silencio– confiaron a la prensa información que había sido desdeñada por las instituciones eclesiásticas y civiles. Algo que aún no ha ocurrido del todo en el caso del Sodalicio y las acusaciones de abuso sexual contra su fundador, Luis Fernando Figari.
«Las víctimas no son felices cuando relatan una violación. En Spotlight se ve cómo son acompañadas por abogados y psicólogos durante todo el proceso. Además, la sociedad norteamericana no es como la limeña o la santiaguina, donde una víctima de un sector medio alto de inmediato pasaría a ser la comidilla de todos al revelar su intimidad», explica Salinas.
Pero si hay algo en común en todos los casos relatados, además de la aberración que supone la violación de niños, es la inmunidad que mantuvo a salvo al fallecido Maciel y, en la actualidad, a Figari, sin contar los múltiples esfuerzos que la Iglesia hizo para salvar de la horca popular al cardenal Law y al padre Karadima.
Un sistema de encubrimiento que se revela en libros y películas pero cuya sanción está lejos de hacerse realidad.
Tomado de caretas.com.pe
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