Solo una de cada diez madres adolescentes va a la escuela
Su familia, los patrones culturales y el embarazo las aleja de la educación. El mismo colegio lo hace pues las discrimina. En cada región, más del 10 % de mujeres –entre 15 y 24 años– abandona la escuela por su estado de gestación, el matrimonio o los hijos, recortando así un proyecto de vida.
Del total de madres adolescentes a nivel nacional, solo una de cada diez continúa en el colegio. El resto se convierte en casos de deserción escolar que tiene entre sus principales causas el embarazo. Ello se desprende del reciente informe de seguimiento a los compromisos adquiridos en la Plataforma de Acción de Beijing-Perú, firmado hace 20 años, al cual tuvo acceso La República.
Existen brechas significativas entre las mismas mujeres según el área geográfica o su lengua. Muchos de los casos se registran entre los 14 y 17 años y están, sobre todo, en el área rural y amazónica. Entre las regiones con mayor incidencia están Loreto y Ucayali, en el pueblo asháninka, detalla Yolanda Rojo, especialista de Unicef, miembro de la Mesa de Género de la Cooperación Internacional (Mesagen).
En general, ¿cuánto ha avanzado el país en el tema de embarazo adolescente? «No hay grandes mejoras. Incluso podríamos hablar de estancamiento o retroceso. Hay barreras que no permiten implementar políticas públicas u objetivos para prevenir el riesgo», sostiene Elena Zúñiga, representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas, también de la Mesagen.
Las adolescentes abandonan sus colegios o no culminan su educación motivadas por la necesidad de contribuir al trabajo familiar en actividades agrícolas, labores domésticas, el cuidado de sus hermanos o la misma violencia e inseguridad debido a que recorren largas distancias para llegar a la escuela en áreas rurales. Los padres las excluyen del colegio por temor a ser víctimas de violencia o resulten embarazadas.
A pesar de que la Ley 29600 fomenta la reinserción escolar por embarazo y establece que las instituciones educativas están prohibidas de expulsar o limitar el acceso a mujeres gestantes, «en la secundaria existe doble discriminación: una por ser mujer o niña y otra por ser pobre», agrega Rojo.
Faltando poco para el Día Internacional de la Mujer, el informe Beijing+20, que hoy se presenta, revela que si bien existen progresos nacionales en los indicadores educativos, aún hay desigualdades en el acceso, permanencia y culminación de la escuela.
El embarazo adolescente refuerza, además, la transmisión de la pobreza y agrava la inequidad. De acuerdo con el informe, es probable que estas jóvenes pasen a formar un hogar inestable. Cerca de dos tercios (63.8%) del total de madres adolescentes es conviviente.
Uno de los avances que se destaca es que el 2008 se aprobaron los lineamientos educativos y orientación pedagógica para la educación sexual integral para profesores de Educación Básica, pero aún hace falta, según Beijing+20, su implementación en todo el país. También existe preocupación por la desactivación de la Dirección de Tutoría, del Ministerio de Educación.
EL TEMA DE LA PÍLDORA
Debido a que este resulta ser un tema multisectorial, por el lado del sector Salud se cuestiona la prohibición de la libre distribución de anticonceptivos de emergencia para los casos de abuso sexual.
Incluso, de acuerdo con la Ley General de Salud, se condiciona la atención de menores de 18 años en los servicios médicos (incluye salud sexual y reproductiva) a la presencia de sus padres. Ello inhibe a los menores a acudir a dichos establecimientos.
Tomado de http://www.larepublica.pe/
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