Paris Galán: Los jóvenes LGBTIQ no deben tenerle miedo a la política
Paris no pasa desapercibido, nunca ha cambiado su forma de pensar y ahora al ser una figura política reconocida en su país, Bolivia, tampoco lo hará. Es defensor de las diversidades sexuales y el primer homosexual que ha llegado a acceder a una asamblea legislativa. En su opinión, los jóvenes de hoy deben ver los caminos que les harán conseguir sus objetivos y sobre todo deben de perderle miedo a la política.
¿Cómo surge tu interés por ser activista de la comunidad LGBTIQ?
–El activismo es algo que surge casi naturalmente en función a las necesidades o inquietudes que uno piensa que puede satisfacer o proponer. A principios del 97 yo regresaba de Europa y empecé a frecuentar lo que la gente llama el «ambiente». Conocí personas muy lindas emocionalmente, con mucha energía, mucha fuerza, pero sobre todo muchas necesidades. Fui ínvolucrándome poco a poco en el grupo humano, me hice transformista, pude analizar los comportamientos y las conductas de la población trans, gay y bisexual. En el 2001 decidimos que las presencias trans debían de salir del medio gay y ocupar las calles. La primera experiencia fue en diciembre del mismo año en la capital de Bolivia, la ciudad de Sucre, considerada altamente conservadora y tradicional. La respuesta de la gente en las calles fue sorprendente, mucha curiosidad, duda, fascinación, interpelación. Ese fue el detonante para salir a las calles con una propuesta discursiva, además de la sola estética y aparente.
LOS ESCENARIOS TRANS
Entre esos eventos y la actualidad han pasado muchas cosas: participó en encuentros sociales y culturales. Se inició políticamente cuando se armaba en Bolivia el período constituyente. En ese período junto a su colectivo, La Familia Galán, comenzó en una radio comunitaria con un programa que se llamó «Escenarios trans».
–Desde el 2000 hago folclore y participo en casi todas las manifestaciones folclóricas importantes del país. Siempre con marcados detalles que delatan mi sexualidad y mi género diverso. Lo comprenderán al ver mis fotos por mi exclusivo y marcado género trans y andrógino, y por mi permanente visibilización apareciendo en los medios, sobre todo en la televisión. Me fui convirtiendo en un referente tanto para la población en general y para las autoridades en particular.
Paris Galán ya era el personaje infaltable en los actos públicos, en las reuniones de planificación del Estado, en los eventos culturales, etc.
–He conformado varios espacios de toma de decisión, he propuesto muchas acciones, he planteado modificaciones a varios documentos oficiales. En fin, mi calidad y capacidad de activista se construyó de esta manera a lo largo de casi 20 años.
Eres el primer homosexual declarado en Bolivia que accede a una asamblea legislativa, ¿cómo asumiste ese reto?
–Pues, como todo lo que he asumido en mi vida, con mucha valentía, coraje, objetividad, visión y sobre todo, mucho compromiso.
¿En la Asamblea Departamental de La Paz sufriste algún caso de discriminación?
–Todavía estoy siendo víctima de discriminación. A pesar de haber sido elegido, de tener mi credencial en acto público y de estar llevando adelante acciones en calidad de asambleísta, ni el Tribunal Departamental Electoral de La Paz, ni la misma Asamblea me están permitiendo ejercer mi cargo oficialmente. Hay una manipulación terrible de este órgano e instancia por parte del gobierno central. Estoy apelando a esas instancias y exigiendo que mi derecho como autoridad electa de ser respetada y poder ejercer mis funciones.
Muchas veces por ser homosexuales debemos de romper estereotipos para ser respetados por quienes somos. ¿Ocurrió eso?
–Debo ser el único, en mi país, que no ha cambiado su forma de ser ni de pensar ante diferentes instancias, institucionales: públicas, privadas, menos ahora que soy político. Es por eso, también, que enfrento muchas dificultades a la hora de aparecer en espacios y actos públicos formales. De hecho, por no cambiar mis pensamientos fui y todavía soy bastante discriminado en el mismo medio homosexual boliviano.
LOS JÓVENES DEBEN PREPARARSE
¿Es importante que la comunidad LGBTIQ pase del activismo a ocupar cargos de poder?
–Considero que es fundamental. En la defensa de cualquier causa si no se está en espacios de toma de decisiones es más difícil o hasta imposible lograr objetivos trazados, por otro lado es necesario que líderes LGBTIQ pasemos también a la reflexión y propuesta de otros temas que no sean solo relacionados con la sexualidad y el género. También debemos poder hablar de economía, sociedad, culturas, infraestructura y política, espacios de poder, la toma de decisiones…
¿Qué le dirías a los jóvenes que aún son activistas y tienen interés en la política?
–¡Adelante! Que vean los caminos que pueden llevarles a ese objetivo, que se preparen, que busquen la corriente más sana en la medida que pueda viabilizar sus objetivos, que busquen la forma de construir ideología. Que no le tengan miedo a la «política».
LA TRANSGRESIÓN
¿Qué cambios han habido o se buscan hacer en La Paz respecto a políticas de igualdad para los LGBTIQ?
–La Paz Municipio, uno de los 87 del departamento de La Paz, ha logrado cambios e implementado políticas muy progresistas. Cabe señalar que el alcalde es el jefe del partido político al que pertenezco, Soberanía y Libertad. Entre estos cambios se ha consolidado la conformación del Concejo Ciudadano de las Diversidades Sexuales y de Género coordinado con la unidad de diversidades sexuales y de género. Esto ha incrementado significativamente la visibilización, el empoderamiento y el ejercicio pleno de nuestros derechos dentro del municipio, deseamos crear la misma estructura en todo el departamento.
También eres transformista, ¿consideras que ello es también un tipo de protesta política?
–Por supuesto, el transformismo casi siempre inicia como una actividad meramente lúdica ligada a la transgresión del género. En muy pocos casos en Bolivia se ha mantenido como herramienta de lucha y reivindicación. En mi caso el transformismo ha trascendido las pestañas y los tacones. Pelucas, vestidos y discursos se han convertido en un todo para servir como elemento interpelador del género, de los roles asignados. Se ha convertido en un detonante para la reflexión, la discusión y el diálogo.
Bolivia tiene algunas leyes contra la discriminación. ¿Son suficientes? ¿Qué se debe hacer?
–La ley n° 045 contra el racismo y toda forma de discriminación y la ley 348 contra la violencia hacia las mujeres de Bolivia de alguna manera nos protegen en el ejercicio de nuestros derechos. Sin embargo, no son operativas puesto que carecen de reglamentos, presupuestos para su cumplimiento y operadores responsables. Además, no se han realizado procesos de difusión y apropiación de estos instrumentos. Lo ultimo debería ser el siguiente paso para empoderar a la población LGBTIQ y disminuir altos índices de homofobia y violencia en razón de orientación sexual y género diversos.
Tomado de SinEtiquetas.org / sección #Empodera
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