Víctor Madrigal Borloz postula a la relatoría LGTBI de las Naciones Unidas
El experto independiente Víctor Madrigal Borloz natural de Costa Rica está postulando al cargo de la Relatoría LGBTI de las Naciones Unidas, un espacio importante en la protección de las personas LGTBIQ a nivel internacional.
La Relatoría LGBTI de las Naciones Unidas fue un acuerdo y un gran logro en el marco de la Resolución A/HRC/32/L.2/Rev.2, titulada «Protección contra la Violencia y Discriminación basada en la Orientación Sexual y la Identidad de Género», la misma que establece la creación de un/a Experto/a Independiente sobre orientación sexual e identidad de género.
Para más información sobre la trayectoria de Madrigal, transcribimos la carta abierta que viene difundiendose por diversas redes:
Estimad*s colegas,
Espero que este mensaje les encuentre bien. Mi nombre es Víctor Madrigal Borloz y soy originalmente de Costa Rica. A algun*s de ustedes l*s conocí durante mi tiempo con la Comisión Interamericana, donde trabajé en el establecimiento de la Unidad LGTBI -ahora Relatoría. A otr*s l*s conocí a través de mi trabajo de la prevención y la rehabilitación de tortura debido a mis roles actuales en el IRCT y el Subcomité de las Naciones Unidas para la Prevención de la Tortura. Les escribo para presentarme con aquell*s que todavía no conozco personalmente, y para compartir con ustedes cómo veo el mandato de Experto Independiente, al cual estoy aplicando.
La creación del mandato es un logro extraordinario de tod*s ustedes, y les felicito sinceramente. Es el resultado de su compromiso y su convicción, y refleja con precisión la idea de que la violencia y la discriminación contra las lesbianas, los gays, y las personas trans, bisexuales, queer e intersex -así como quienes tienen orientaciones no normativas, identidades y cuerpos diversos y se consideran fuera de estas categorías- es un fenómeno complejo que resulta de la intersección de múltiples factores.
En vista de que el mandato viene acompañado de promesas extraordinarias, estoy seguro de que es posible dotarlo de muchas visiones distintas. La mía es concebir el mandato como un hilo adicional en el fuerte lienzo y colorido que el movimiento viene tejiendo desde hace más de medio siglo. Esto significa que el mandato debe reconocer y respetar lo que otros están haciendo -tanto en el sur como en el norte global- reforzar este trabajo donde sea posible, y centrarse en las tareas en las cuales se pueda crear valor añadido.
Dentro de este marco, yo veo el valor agregado del mandato en la creación de vías de comunicación. Conectividad. Enlazar con eficacia el conocimiento los procesos de formulación de políticas públicas con el conocimiento que, sobre violencia, existe en el movimiento de base. Crear vínculos entre el estado actual del derecho internacional de los derechos humanos con los casos de violencia y discriminación que enfrentan diariamente las personas debido a los prejuicios sociales que prevalecen en su contra debido a su orientación percibida o real, identidad de género, expresión de género, o sus cuerpos diversos. Contextualizar las necesidades de protección dentro del complejo sistema de las Naciones Unidas para empatarlas con los mandatos que mejor pueden responder de manera eficiente a ellas.
Esta visión requiere que el titular del mandato sea un buen oyente, y que tenga la disciplina y las herramientas para comprender el potencial de la maquinaria internacional, las opiniones del movimiento global, el estado del derecho, y las posiciones políticas que existen en el ámbito de los Estados. En particular, estoy consciente de que algunos grupos, comunidades y poblaciones tenían puntos de vista divergentes en cuanto a la agenda a promover. Cuando se instale el mandato deberá estar concernido por la protección de toda persona y, por lo tanto, acercarse a ustedes para comprender sus motivos debe ser una de las primeras tareas de su titular.
El mandato también viene acompañado de demandas significativas. Sabemos que la adopción de la Resolución 32/L.2 fue un proceso contencioso. No sólo fueron 18 votos en contra: varios Estados declararon expresamente que no cooperarán con el mandato. Este es un reto muy delicado que requiere mucha atención: en primer lugar, para entender cómo las acciones o inacciones del mandato pueden afectar la situación de personas LGTBIQ en esos países; segundo, para reflexionar sobre la manera de fomentar la creación de vías de diálogo y persuasión. El diálogo es imposible entre aquellos que no comparten el mismo marco de referencia, y el mandato tiene una oportunidad muy importante para identificar y establecer un marco común de referencia utilizando el derecho internacional de los derechos humanos de una manera objetiva y sólida.
Querid*s colegas, al final de cuentas, el reto más importante que enfrentan la sociedad civil y los Estados en este momento es instalar el mandato con credibilidad. Si esto se logra, el mandato se convertirá en parte de un patrimonio común para todos los Estados, organizaciones y personas que quieren trabajar por un mundo libre de violencia. También será una herramienta importante en la protección de las personas LGTBIQ -y aquellos que se ven fuera de estas categorías- de la violencia y la discriminación. Espero tener pronto la oportunidad de dialogar con ustedes al respecto.
Atentamente,
Víctor
Copenhahue, 4 de agosto de 2016
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