Las adolescentes de Nepal dicen “no” al matrimonio infantil
Si no fuera por un grupo de sus amigas de la escuela, Shradha Nepali se hubiera casado a los 14 años. Oriunda de la remota aldea de Pinalekh, en el distrito de Bajura, 900 kilómetros al oeste de Katmandú, la capital de Nepal, la adolescente era una probable candidata al matrimonio infantil.
Su familia de seis integrantes sobrevive con un ingreso inferior a un dólar diario, obtenido con la venta de los productos que cultivan en su pequeña granja y algunas monedas adicionales por su trabajo como jornaleros.
Mahesh Joshi, coordinador de la organización no gubernamentalPeaceWin, dijo a IPS que la pobreza es uno de los principales motivos del matrimonio precoz, una opción que toman muchas adolescentes con pocas perspectivas de vida aparte del trabajo arduo y el hambre.
Nepali no era “consciente de las consecuencias” de su decisión de casarse, contó a IPS.
Sin la intervención de sus amigas, sería una más de las novias infantiles de Nepal. Según un estudio de 2013 realizado por la organización Plan Asia y el Centro Internacional para la Investigación sobre la Mujer, 41 por ciento de las mujeres nepalesas entre los 20 y 24 años contrajeron matrimonio antes de la edad legal de 18 años.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) clasificó a Nepal entre los 10 países con mayores tasas de matrimonio infantil.
Asia meridional alberga al 42 por ciento de las niñas novias del mundo. Nepal ocupa el tercer lugar, detrás de Bangladesh e India, según un estudio realizado por el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA).
La pobreza impulsa a las niñas a casarse
Nepal tiene 27,8 millones de habitantes, de los cuales 24 por ciento vive por debajo del umbral de la pobreza, según datos del Banco Mundial.
La Comisión Nacional de la Mujer de Nepal considera que en la práctica del matrimonio precoz inciden factores económicos, sociales y religiosos. En el cinturón austral de Tarai, por ejemplo, la vigencia del sistema de la dote implica que, cuanto más pequeña la niña, menos deberán pagarle sus padres al novio, lo que lleva a muchos a separarse de sus hijas a una edad cada vez menor.
Otros simplemente casan a sus hijas para tener una boca menos que alimentar.
Y aunque a la educación de las niñas se le otorga cada vez más importancia, la población rural y empobrecida todavía no la considera una prioridad. La tasa de alfabetización entre las jóvenes de 15 y 24 años es de 77,5 por ciento, mientras que la matrícula femenina a nivel secundario desciende a 66 por ciento, según Unicef.
El matrimonio precoz es considerado, tanto a nivel internacional como nacional en Nepal, una violación de los derechos humanos de las niñas y una práctica con repercusiones negativas para la sociedad entera.
“Las jóvenes que son menores de edad cuando se casan son propensas a sufrir una serie de problemas sanitarios y psicológicos”, explicó la representante adjunta del Unfpa en Nepal, Kristine Blokhus.
“Existe un riesgo real de morir durante el parto, e incluso si la niña sobrevive podría sufrir problemas de salud de por vida”, añadió la funcionaria, en diálogo con IPS.
El matrimonio infantil limita gravemente las perspectivas de futuro de las niñas, lo cual con frecuencia impide su acceso al mercado de trabajo y las condena a depender de su marido o su familia.
Por las niñas y para ellas: un enfoque de base
El distrito de Bajura, donde viven Shradha Nepali y sus amigas, lidera el camino en iniciativas para combatir esta práctica. Las distintas localidades del área compiten por declararse “zonas libres de matrimonio infantil”.
Bajura se encuentra en la región del Lejano Oeste de Nepal, donde se encuentran algunas de las aldeas más remotas y con mayores problemas de desarrollo del país. Los ingresos aquí son bajos y, por lo tanto, hay muchos matrimonios infantiles.
El cambio no es fácil, pero eso no impidió que jóvenes como Rashmi Hamal, de 16 años y presidenta del Club Infantil de Jyalpa, en el municipio de Badi Mallika, lo intenten.
“Ya no tenemos miedo porque la mayoría de los miembros de nuestra comunidad quiere luchar contra el matrimonio infantil”, aseguró Hamal a IPS.
Ella es una de las 10 jóvenes que, con la ayuda de PeaceWin, la organización juvenil Desarrollo Inquieto y Unicef, se reunieron en 2014 para definir estrategias contra el flagelo.
“Estas chicas son heroínas. Realmente demostraron lo que pueden hacer con sus campañas educativas y al inspirar a sus padres a unirse a la causa”, destacó Hira Karki, de PeaceWin.
El Club Infantil de Jyalpa rescató a Nepali de su matrimonio, poco después de que huyera de su casa.
“No puedo culparla, porque quería escapar de las dificultades en el hogar. Ahora espero poder apoyarla en todas las formas posibles”, expresó su madre, de 35 años.
Hoy en día, Nepali es una de las activistas del club más tenaces contra el matrimonio infantil. Su éxito es tangible, ya que más de 84 escuelas de Bajura y en los distritos vecinos de Kalikot, Accham y Mugu pusieron en marcha iniciativas similares en el último año.
“Tenemos activistas de nuestra propia comunidad que viven aquí y… educan a los adultos sin provocar su antagonismo”, explicó Jahar Sing Thapa, director de escuela.
Aunque son pequeños, cada club contribuye con el esfuerzo nacional contra la práctica. En los últimos cinco años, la tasa de matrimonio infantil descendió un 20 por ciento en Nepal, según el Unfpa.
Hacia una política de “prevalencia cero”
Las gestiones locales e independientes son dignas de elogio, pero por sí solas no alcanzan para abordar el problema a escala nacional.
“Hemos aprendido de nuestra propia experiencia que no alcanza simplemente con generar conciencia contra el matrimonio infantil”, declaró Rownak Khan, representante adjunto de Unicef. Hará falta una estrategia multisectorial que incluya educación financiera, formación básica para la vida y apoyo en la generación de ingresos para las adolescentes, añadió.
Combinada con los 20.000 clubes infantiles en todo el país, esta estrategia promete traer un cambio real en Nepal, para que un día el matrimonio infantil sea una cosa del pasado.
Editado por Kanya D’Almeida / Traducido por Álvaro Queiruga
Tomado de http://www.ipsnoticias.net/
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