Economía política del cuerpo: La restructuración de los grupos conservadores y el biopoder
La conquista de nuestros derechos sexuales y reproductivos ha sido fruto de un largo recorrido histórico, que ha comprometido la vida y el bienestar de muchas personas. La consecución de estos derechos nos permite expresar libremente nuestra orientación sexual, disfrutar de la sexualidad y del sexo sin consecuencias adversas como un embarazo o deseado o una infección de transmisión sexual. Y aunque pareciera de sentido común que ninguna persona puede verse negada de contar con estas prerrogativas, en la realidad miles de personas no cuentan con estos elementales derechos debido a su sexo, orientación sexual, situación social, raza, lengua, nivel educativo u otros factores.